¿Podría funcionar alguna vez una red social que conecta a los traficantes de drogas y sus posibles clientes?

Silk Road era más un foro que una red social, pero funcionó (por un tiempo, al menos). Solo se podía acceder al sitio a través de una red Tor, limitado a una cantidad de usuarios, y tenía todas las transacciones en bitcoins.

Craigslist ya se usa para vincular distribuidores y clientes en muchas ciudades de los EE. UU. Los distribuidores publican anuncios oblicuos en línea y los clientes los buscan en busca de términos particulares que se usan comúnmente. No cabe duda de que Facebook y Myspace podrían usarse de manera similar.

Los principales problemas que hacen que esto sea algo poco práctico:

  1. Las fuerzas del orden público acceden fácilmente a los sitios de medios sociales. En un período de tiempo relativamente corto (usualmente usando informantes pero ocasionalmente por prueba y error) la policía rápidamente determina quiénes son los distribuidores (o pueden ser) y puede rastrear las ventas de bienes ilícitos de esta manera.
  2. Cualquier intercambio de mensajes dejaría un rastro digital que podría presentarse como evidencia en un juicio contra el distribuidor o el usuario. Desde la organización de una reunión hasta la publicidad de sus “productos”, la policía podría documentar toda la interacción con los medios, ya sea subrepticiamente “haciéndolos amigos” de usted o solicitando una citación para obtener registros de la computadora y de Internet.
  3. Un comerciante o usuario puede ser armado fácilmente por una u otra parte pretendiendo ser algo que no es y permitiéndole proporcionar suficiente evidencia sin coacción para evitar acusaciones de atrapamiento.