Dos cosas vienen a la mente. Tengo personas cercanas a mí que tienen epilepsia y que lidian con estas situaciones.
A pesar de la medicación y la supervisión, a un paciente con epilepsia no se le permite conducir, por lo que su elección de trabajo está restringida a donde puedan viajar en transporte público. Necesitan un trabajo con un horario regular; no es práctico llamar a las 3 de la mañana cuando no se puede conducir al trabajo. Un trabajo con viajes también es difícil: volar y tomar un taxi es posible, pero si el viaje requiere alquilar un automóvil y conducir una larga distancia, eso está fuera. Un ataque de tránsito podría ser devastador para una persona en esta situación.
Hay otro factor: tener un empleador comprensivo que brinde la flexibilidad para las citas médicas. Algunas personas tienen citas regulares para el mantenimiento de la medicación, y algunas tendrán citas con especialistas que se programan semanas antes de tiempo. Si no hay protecciones legales para el trabajo basado en las ausencias por razones de salud, se requiere una cierta comprensión.
La flexibilidad de trabajar desde casa facilita esto: poder solucionar problemas de tránsito y citas médicas al no tener que ingresar al lugar de trabajo es un gran beneficio para las personas en estas situaciones.