¿Qué significa realmente la baja densidad ósea?

Mito: solo las mujeres mayores de 50 años enfrentan problemas de baja densidad ósea

Eso es exactamente donde nos hemos equivocado. Durante décadas, la salud ósea ha sido una preocupación para los niños y las personas mayores principalmente. Las investigaciones recientes en este campo, sin embargo, han desvelado este mito.

Se ha descubierto que las mujeres en sus primeros 30 años tienen baja densidad ósea. Estos estudios indican que una de cada dos mujeres padece esta afección.

Pero, ¿qué significa realmente la densidad ósea? La densidad ósea se refiere a la materia mineral por centímetro cuadrado de los huesos (Wikipedia).
A medida que envejecemos, nuestros huesos se vuelven más delgados y, por lo tanto, más débiles. Por lo tanto, se fracturan más fácilmente y también tardan más en sanar. Las dolencias tales como Osteopenia, y en etapas posteriores, Osteoporosis a menudo se desarrollan.

Con baja densidad ósea, las posibilidades de enfrentar estas complicaciones son más altas de lo normal.

Las mujeres enfrentan un mayor riesgo de tener baja densidad ósea porque tienen una estructura ósea más pequeña, por lo tanto, menos masa ósea. A partir de los primeros 30 años, la densidad ósea comienza a disminuir entre las mujeres.

Esto es problemático debido a los riesgos futuros involucrados, así como a los obstáculos que puede causar en la vida diaria, especialmente para aquellos con estilos de vida activos.

Las causas de la disminución de la densidad ósea son pocas, y se relacionan principalmente con la herencia y el estilo de vida. La investigación ha demostrado que la genética juega un papel crucial en su aparición. Si los miembros de la familia tienen la afección, es probable que se desarrolle.

Por otra parte, las personas que son delgadas o enmarcadas tienen mayor riesgo. Los bajos niveles de estrógeno que causan períodos infrecuentes o irregulares, conducen directamente a una baja densidad ósea.

Las deficiencias de vitamina D y calcio también son responsables. Con respecto al estilo de vida, la mala alimentación, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la falta de ejercicio contribuyen a su aparición.

Teniendo todo esto en cuenta, es imprescindible tomar medidas preventivas a tiempo. El yoga, el método Pilates, la aptitud física y el entrenamiento aumentan con éxito la resistencia ósea, pero no proporcionan la vitamina D y el calcio necesarios para mantener el contenido mineral. La baja densidad ósea es una afección que no se puede curar; sin embargo, los métodos de precaución contribuyen en gran medida a sentar las bases de huesos saludables y bienestar general en el futuro.