La fiebre es una temperatura corporal más alta de lo normal y es parte de la respuesta natural de nuestro cuerpo a las infecciones. La temperatura corporal normal promedio es de 98.6 grados Fahrenheit. Cuando la temperatura de su cuerpo aumenta unos pocos grados por encima de lo normal, es una señal de que su cuerpo está luchando contra la infección y generalmente no es motivo de preocupación. En estos casos, la respuesta es la fiebre que desea que su cuerpo tenga, ya que significa que es lo suficientemente saludable como para combatir las infecciones. Por esta razón, no siempre es una buena idea intentar bajar la fiebre demasiado rápido. Sin embargo, una fiebre que supera los 102 grados Fahrenheit es motivo de preocupación y se debe iniciar el tratamiento.
Beba mucha agua, los antipiréticos y los reposos en cama pueden controlar la fiebre si no hay otros síntomas presentes.
ASPIRIN no debe administrarse a un niño menor de 17 años de edad, ya que puede causar el síndrome de Reyes, que a veces es mortal.
Cualquier fiebre en un adulto que supera los 105 grados Fahrenheit y no desaparece con el tratamiento es una emergencia médica que pone en peligro la vida
