Es un suplemento “natural”, por lo que no necesita una receta. Se puede comprar directamente.
Algunas veces, los médicos recetarán suplementos, lo que permite que el costo del suplemento sea cubierto por el seguro del paciente. Sin embargo, en este caso, dada la completa ausencia de evidencia que respalde la eficacia de este compuesto, es altamente dudoso que cualquier plan de salud lo pague.