Existe evidencia científica limitada de que el THC tiene un efecto medible en cualquier enfermedad. Puede tener un efecto sobre algunos trastornos psicológicos, pero no se han realizado ensayos clínicos.
No puede curar el cáncer. Realmente no funciona tan bien en la mejora de los efectos de la quimioterapia, que probablemente fue un mito. No es un analgésico.
Y si hiciera bien alguna de estas cosas, el mayor riesgo de cáncer al fumar compensaría el beneficio. Si tuviera algún beneficio médico.
Sin embargo, si tuviera algún efecto en el tratamiento de PTSD, por ejemplo, Big Pharma haría un paquete. Porque la única forma en que un médico real lo prescriba para tratar un problema psiquiátrico sería controlar la dosis, cuánto ingresa al sistema, la pureza del medicamento y examinar la amplia literatura que dice “sí, recetar esto funciona”.
Entonces, en este momento, a Big Pharma probablemente le importe menos que sea legal o no. La mayoría de las personas lo compra porque lo abusan psicológicamente, y ese no es un objetivo para las compañías farmacéuticas.
