Las tres modalidades principales de tratamiento oncológico son la oncología médica, la oncología quirúrgica y la oncología de radiación. La oncología médica implica principalmente el tratamiento con quimioterapia, aunque también incluye otros tratamientos como terapias dirigidas e inmunoterapias. La oncología quirúrgica implica la resección quirúrgica del tumor y con frecuencia también elimina los ganglios linfáticos circundantes a los que se puede haber extendido el cáncer. La oncología de radiación usa radioterapia para destruir las células cancerosas. La mayoría de los tratamientos de radiación se administran externamente (básicamente, una máquina de rayos X de dosis muy alta y dirigida con precisión), pero también hay radioterapia que se puede administrar localmente a través de agujas o semillas radiactivas implantadas (esto se llama braquiterapia).
Ninguna modalidad de tratamiento individual se puede llamar el “más” exitoso. Todo depende del tipo de cáncer que tiene y cómo se ha propagado la enfermedad. Algunos cánceres pueden tratarse o curarse con solo un tipo de tratamiento, pero muchos requieren la combinación de cirugía, quimioterapia y radiación.
Como regla, la mayoría de los oncólogos nunca dirán que existe una tasa de curación del 100% para ningún tipo de cáncer. Si se detectan ciertos tipos de cáncer temprano, existen escenarios en los que las tasas de curación podrían ser cercanas al 100%. Sin embargo, siempre hay cierta incertidumbre (nuestras pruebas de diagnóstico son muy buenas pero no perfectas), por lo que siempre existe la posibilidad de que el cáncer se disemine más allá de lo que se demostró o se comporte de forma más agresiva de lo que es típico.
