Nuestra comprensión de cómo funciona la dopamina en el cerebro está en la infancia y, por lo tanto, no es sensato afirmar que existen “enfermedades” que son claramente un producto del aumento de los niveles de dopamina.
La dopamina tiene un papel activo en el cerebro, por lo que sus niveles “aumentados” seguramente cambiarían la forma en que la mente (el manifiesto activo del cerebro) responderá a la realidad. Un nivel “alto” significaría “intensificar” las actividades relacionadas con la dopamina y el nivel “anormalmente alto” significaría que la mente no está respondiendo ahora a la “realidad”, sino que está respondiendo a su estado químico.
Entonces, si estás vinculando este alto con un estado “más feliz”, seguramente no es un estado “real”. Y, como a menudo es el hecho, un “demasiado alto” es igual de demasiado “bajo”. Con los niveles crecientes de dopamina, es un viaje desde el híper de todo: actividad, agitación, ansiedad, manía hasta el estrés, la paranoia, la ilusión y la depresión.
