1) El Alma no nace ni muere. El Alma es una entidad permanente. Este fenómeno de nacer y morir es del ego. Es el ego el que nace y el ego que muere. En realidad, el Alma no muere en absoluto.
2) La ley de la naturaleza es tal que nadie puede ser quitado de aquí. Sin el respaldo de la persona moribunda, no se lo pueden sacar de aquí. ¿Alguien respalda tal cosa? ¿No has escuchado a la gente decir: “Dios, por favor termina mi miseria y sufrimiento. Llévame lejos de este mundo”. Dicen esto porque están sufriendo y, al decir esto, hacen una firma por su muerte.
3) Durante el tiempo de la muerte, surge un balance de todas las acciones de uno durante toda la vida. Esto sucede una hora antes de la muerte. Si uno ha acumulado en su vida tomando lo que legítimamente no le pertenece, ya sea dinero o mujer, irá al reino animal. Cualquier cosa que haya adquirido por el uso desviado del intelecto lo llevará al reino animal. Si ha sido decente y humano, regresará en forma humana. Después de la muerte, solo hay cuatro formas de vida diferentes en las que uno puede nacer. Aquellos que destruyen las casas y las vidas de las personas para su propio beneficio irán al infierno. Aquellos con cualidades sobrehumanas, que a pesar de ser lastimados por otros, no toman represalias y siguen siendo benevolentes, vayan al cielo.
