Con la endometriosis, el tejido endometrial se desplaza de su ubicación normal y las partes pueden alojarse en la cavidad abdominal.
El tejido endometrial desplazado continúa actuando como lo haría normalmente: se espesa, se descompone y sangra con cada ciclo menstrual. Debido a que este tejido desplazado no tiene forma de salir del cuerpo, queda atrapado.
El tejido circundante puede irritarse y finalmente desarrollar cicatrices y adherencias: bandas anormales de tejido fibroso que pueden hacer que los tejidos y órganos pélvicos se adhieran unos a otros y causen más dolor.