He ocupado puestos de compras para grupos médicos en el pasado, así que he tenido una experiencia de primera mano con esto.
Al comprar medicamentos de un fabricante o distribuidor, el comprador debe proporcionar el número de licencia del farmacéutico a cargo (comprado para una farmacia) o el número de licencia del médico a cargo (comprado para una clínica u hospital). Sin esta documentación en el archivo, ningún fabricante o distribuidor venderá nada.
En el caso de algunos de los distribuidores con los que he trabajado, ni siquiera venderán suministros no regulados como tiritas o gasas a una clínica a menos que el médico que actúa como director médico de la clínica tenga su licencia archivada. No hay ningún ángulo para que una gran empresa haga negocios con el público, cuando el público no es su base de clientes, por lo que proporcionar credenciales es una barrera útil para la entrada. Básicamente mantiene a raya a los ‘riff raff’, y significa que se ocupan del ‘pez gordo’.
Estas credenciales también se verifican, no solo se archivan y se olvidan. Tuve un caso en el que se retrasó un pedido porque un médico no actualizó la dirección en su licencia, al cambiar las prácticas de una clínica a otra. La compañía hizo un control de rutina, descubrió que los medicamentos se estaban enviando a una dirección diferente a aquella en la que el médico había trabajado previamente, y marcó la orden para su revisión.
