Todos ellos.
Las drogas que interfieren con el funcionamiento normal del cerebro y el cuerpo pueden provocar efectos secundarios sexuales, incluidos problemas de erección. Estos pueden ser causados por la dosificación, pero también por los síndromes de abstinencia luego de la reducción o descontinuación de dichos medicamentos. No todos experimentarán la disfunción eréctil, pero es uno de los efectos secundarios sexuales más comunes de las drogas psiquiátricas, especialmente las más populares como los antidepresivos. Algunos medicamentos, como los antidepresivos y antipsicóticos, incluso se usan específicamente con el propósito de crear disfunción sexual o discapacidad en algunos pacientes.
Aunque los medicamentos psiquiátricos y las clases de drogas en particular son más propensos que otros a causar disfunción eréctil, todos los causan en al menos algunos pacientes. El uso sostenido, las dosis más altas y el uso simultáneo de múltiples drogas son factores de riesgo adicionales para desarrollar la disfunción eréctil inducida por fármacos. Los efectos secundarios pueden ocurrir ya sea que alguien encuentre útil un medicamento o no, y si tienen o no antecedentes personales de problemas similares en el pasado. La disfunción eréctil puede ocurrir simultáneamente a otros efectos secundarios sexuales, pero también puede ocurrir independientemente de otros problemas sexuales inducidos por drogas (como la incapacidad para el orgasmo, la pérdida de sensibilidad o la disminución de la libido).
En un porcentaje desconocido de casos, la disfunción eréctil continúa indefinidamente incluso después de que se suspende un medicamento (o en algunos casos, específicamente después de que comenzaron las reducciones o el cese). Si alguien tiene dificultades eréctiles mientras toma un medicamento, informarlo inmediatamente y discutir las opciones puede reducir el riesgo de una disfunción duradera. No se pueden garantizar la gravedad ni la longevidad de los efectos secundarios sexuales, y cambiar las dosis o los medicamentos suele ser la única forma de evitar los efectos secundarios sexuales constantes de determinados medicamentos o cócteles de medicamentos.
