El tendón de Aquiles es un tendón grande en la parte posterior del tobillo. El tendón es una extensión del gastrocnemio y el sóleo (músculos de la pantorrilla), que se extiende por la parte posterior de la parte inferior de la pierna y se une al calcáneo (hueso del talón). El tendón de Aquiles conecta los músculos de las piernas con el pie y le da la capacidad de impulsarse al caminar y correr.
Riesgo
Las dos lesiones más comunes del tendón de Aquiles son la tendinopatía de Aquiles y la rotura o ruptura del tendón. Otras lesiones menos comunes incluyen Peritendinitis y Bursitis retrocalcánea. La tendinopatía de Aquiles puede deberse a una o varias causas que pueden provocar una carga excesiva en el tendón de Aquiles, que incluyen:
- Un aumento repentino en la intensidad, frecuencia y duración de la actividad.
- Una disminución en el tiempo de recuperación entre la actividad.
- Usar calzado inadecuado o incorrecto.
- Pronación excesiva (aumenta la fuerza sobre el tendón de Aquiles).
- Corriendo sobre superficies duras o desiguales.
- Cambio de superficie (estacional).
- Pobre flexibilidad muscular (por ejemplo, músculos de la pantorrilla tensos, músculos débiles de la pantorrilla).
- Disminución del rango de movimiento de las articulaciones (por ejemplo, articulación rígida del tobillo).
- Inadecuado calentamiento, estiramiento y enfriamiento.
Una rotura del tendón de Aquiles es una rotura completa o parcial que ocurre cuando el tendón se estira más allá de su capacidad. Saltos o giros forzados, o aceleraciones repentinas de carrera, pueden estirar demasiado el tendón y causar una rasgadura. Una lesión en el tendón también puede ser resultado de caídas o tropezones. Las rupturas del tendón de Aquiles se observan con mayor frecuencia en los “guerreros de fin de semana”, por lo general, las personas de mediana edad que participan en deportes en su tiempo libre. Con menos frecuencia, las enfermedades o los medicamentos, como los esteroides o ciertos antibióticos, pueden debilitar el tendón y contribuir a la ruptura.
Prevención
- Usar zapatos apropiados para la actividad.
- Usar la técnica correcta para limitar el estrés excesivo en el tendón de Aquiles.
- Amarrar y tapar el tobillo para ayudar a crear una estructura más segura.
- Calentamiento, estiramiento y enfriamiento.
- Emprender un entrenamiento antes de la competencia para asegurar que esté listo para jugar.
- Participar en sesiones regulares de fortalecimiento y estiramiento para mantener la fuerza y flexibilidad muscular.
- Aumentando gradualmente la intensidad y la duración del entrenamiento.
- Permitir un tiempo de recuperación adecuado entre entrenamientos o sesiones de entrenamiento.
- Evitando actividades que causan dolor. Si se produce dolor, suspenda la actividad inmediatamente y comience con RICE
- Siempre consulte a un profesional capacitado
La información anterior es de naturaleza general y solo pretende proporcionar un resumen del tema tratado. No es un sustituto del consejo médico y siempre debe consultar a un profesional capacitado que ejerza en el área de medicina deportiva en relación con cualquier lesión. Usted utiliza o confía en la información anterior bajo su propio riesgo y ninguna de las partes involucradas en la producción de este recurso acepta ninguna responsabilidad por la información contenida en ella o su uso de esa información.