¿Cuál es la mejor opción: una plaga o cólera?

La plaga se divide en bubónica (infección del sistema linfático), septicémica (infección de la sangre) y pulmonar (infección de los pulmones).

Los dos últimos fueron letales en el 95% de los casos y fueron altamente contagiosos. Solo el hecho de que mataron al transportador tan rápido (entre 24-36 horas) impidió que la Muerte Negra fuera aún más horrible de lo que era. Sin la ayuda de la medicina moderna, solo el 50% de los infectados sobrevivieron a la peste bubónica.

En nuestro tiempo, los antibióticos son muy efectivos, pero la peste septicémica todavía es potencialmente mortal.

El cólera tiene una fase aguda que causa deshidratación por diarrea y vómitos. Una administración cuidadosa de agua limpia y sales durante 48 horas puede salvar la vida del paciente incluso sin antibióticos modernos o inyecciones de solución salina.

Personalmente, si te encuentras entre una roca y un lugar difícil, elige el cólera: tiene menos posibilidades de matarte.

Sin embargo, en el pasado, la peste era periódica y atemorizaba a las personas, lo que hacía que la cuarentena fuera útil. El cólera, por otro lado, estaba omnipresente. Casi todos los grandes ejércitos lo sufrieron, como los ingleses en Agincourt, y, por razones obvias, prosperó durante los asedios.

Debido a que se consideró una ocurrencia normal, las personas no tomaron las medidas necesarias para prevenir su diseminación, a pesar de que fue una de las causas de la alta mortalidad infantil en la Edad Media.

En consecuencia, el dicho que hace que ambas enfermedades sean iguales es correcto: el cólera no fue tan letal como la peste, pero no recibiste atención médica a tiempo, o en absoluto, porque tener diarrea era una “parte de la vida”.