Como ingeniero mecánico haciendo la reconstrucción de un accidente forense, mientras testificaba en nombre de un acusado (ca 1975) acusado de haber lastimado a un niño por un golpe en la cabeza, causando una lesión del cerebro en el lado opuesto al golpe (lesión por contragolpe), el acusado alegó que la lesión había sido contra el tablero durante una colisión de un automóvil. Sin embargo, un experto médico contratado por la fiscalía citó literatura que alegaba una lesión por contragolpe SOLAMENTE si la cabeza estaba inmóvil al ser impactada, no si se movía contra un objeto estacionario.
Basado en la física elemental, a saber, que todo movimiento es movimiento relativo, no habiendo referencia de descanso, testifiqué que la evidencia no respaldaba la conclusión. El tablero moviéndose hacia atrás contra una cabeza estacionaria habría tenido el mismo efecto. Sin embargo, me sentí en la pérdida de convencer al jurado de que el hombre con entrenamiento médico estaba equivocado (para estar tan seguro) mientras que el hombre con la regla de cálculo (en esos días) tenía razón.
No sé cómo salió el caso. Solo sé que sentí que Gallileo decía que la tierra se mueve, y que todas las pruebas comunes (del día) son contrarias.
Al verificarlo en este momento, encuentro que la literatura de ese día no estaba clara sobre la distinción (o la falta de uno). Pero estoy seguro de que la supuesta evidencia de la causalidad de la lesión por contragolpe no se elevó al nivel de la prueba de abuso infantil.