La cirugía es la única opción que conozco, pero cualquier cirugía conlleva un riesgo.
Los riesgos pueden incluir desde cicatrices o inflamaciones leves hasta problemas cardíacos y la muerte.
Es por eso que los médicos tienen un dicho en latín, ‘primum non nocere’ que se traduce aproximadamente a “primero no hacer daño”.
Entonces, a menos que el lipoma esté presionando los nervios u órganos y causando problemas, o a menos que sea muy desfigurante, generalmente lo mejor es dejarlo en paz. (Que diga que es “benigno” significa que no es maligno, ni dañino en sí mismo).
Solía tener un gran lipoma en mi omóplato. Era aproximadamente del tamaño de mi mano y parecía sobresalir un par de pulgadas. Mi médico no estaba preocupado en lo más mínimo y no pensó que necesitaba ver a un cirujano.
El lipoma estuvo allí por un largo tiempo. No recuerdo exactamente cuánto tiempo, tal vez 20 años. No me molestó físicamente pero siempre fui consciente de ello y me molestó que tuviera un gran bulto allí. Hasta que un día creo que no había pensado en eso por un tiempo y volví la mano para comprobar y ya no estaba allí.
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Se había ido sin dejar rastro y sin que yo siquiera fuera consciente de su paso.