La mayoría de las personas con VIH no tratado durante muchos años desarrollarán SIDA, que describe cuando el sistema inmunitario está tan comprometido por el VIH que las bacterias y hongos comunes que normalmente viven en el medio ambiente sin enfermar a las personas comienzan a causar enfermedades.
Infecciones oportunistas
Después de que una persona VIH positiva desarrolla SIDA, varias infecciones oportunistas pueden ocurrir simultáneamente. Una forma rara de neumonía llamada Pneumocystis jirovecii (un hongo) causa más de un tercio de las muertes por SIDA. Las personas con SIDA también pueden tener sarcoma de Kaposi (un cáncer de piel causado por un virus), Toxoplasmosis (un protista), un tipo de infección por Candida (levadura) que invade la garganta y muchas otras infecciones raras, además de infecciones comunes que son menores para la mayoría de las personas se vuelven sistémicas en pacientes con SIDA.
Otras enfermedades se vuelven más peligrosas
Las enfermedades graves como la hepatitis o la gripe, que son fatales incluso en personas sanas, son más amenazadoras para las personas con SIDA. Lamentablemente, estas enfermedades pueden desarrollarse repentinamente y ser fatales por sí mismas, y también debilitan el cuerpo para empeorar la infección por VIH. Pero el SIDA también ejerce presión sobre el cuerpo e interfiere con la curación, por lo que cosas como la cirrosis hepática, las enfermedades cardíacas e incluso el cáncer de pulmón y la leucemia son más comunes para las personas con SIDA.
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El VIH en realidad puede matarte directamente
Muchas personas creen que siempre hay infecciones oportunistas que causan la muerte en pacientes con SIDA. Si bien es cierto que matan a la mayoría de los pacientes con SIDA, es un mito que el virus en sí no dañe el cuerpo. En etapas avanzadas, el VIH infecta muchos órganos y células, incluidas las neuronas. Puede causar inflamación e hinchazón en el cerebro que conduce a la demencia y la muerte, que de hecho es uno de los principales síntomas del SIDA. También puede causar inflamación en todo el cuerpo, dañando tejidos y órganos.
Es difícil determinar la causa de la muerte
Para muchas muertes por SIDA, el VIH y otras infecciones actúan simultáneamente para causar insuficiencia orgánica, por lo que es difícil determinar con exactitud cuál de ellas mató a la persona. Esto es, por supuesto, también cierto para muchas otras enfermedades fatales como el cáncer, cuando una cascada de infecciones graves como la neumonía emergerá durante las etapas finales de la enfermedad. A pesar del papel de otras infecciones, típicamente decimos que la causa de la muerte fue la enfermedad principal, como el SIDA o el cáncer, porque curar las infecciones oportunistas no habría salvado a la persona, sino que habría curado la enfermedad principal. Conocer el impacto de la enfermedad principal en el acortamiento de la vida nos ayuda a comprender su impacto en la sociedad y a movilizar recursos para desarrollar la prevención, el tratamiento y la cura.
