Durante el accidente cerebrovascular, las células cerebrales se ven privadas de oxígeno y comienzan a morir dentro de 3-4 minutos (algunas células mueren a diferentes velocidades en diferentes áreas del cerebro). El accidente cerebrovascular isquémico representa aproximadamente el 87% de todos los casos, el 13% restante es causado por hemorragia intracraneal (hemorrágica). Las lesiones resultantes suelen dar lugar a un cierto grado de parálisis en un lado del cuerpo (hemiplejía).
El cerebro se reorganiza naturalmente en respuesta a dicho daño y la mayoría de los sobrevivientes recuperan alguna función perdida. Los aumentos más agudos se observan típicamente en las primeras cuatro semanas después de un evento, meseta a los 3-6 meses. Este marco de tiempo es consistente con la fisiología del cerebro, que muestra una mayor capacidad de cambio y reparación durante esta etapa temprana.