Básicamente hay dos desafíos.
Primero, un nervio consiste en miles o millones de fibras microscópicas en una disposición muy compleja. Aislar el subconjunto correcto de fibras para estimularlas de la manera correcta es muy difícil.
En segundo lugar, es difícil mantener los dispositivos mecánicos, como los electrodos, en contacto íntimo con tejidos biológicos sensibles, como las fibras nerviosas, durante un largo período de tiempo sin que eventualmente se acumulen daños en las fibras nerviosas. El progreso ha sido rápido aquí, pero todavía es muy difícil.