El lóbulo frontal es el centro ejecutivo del cerebro. Usamos la palabra “ejecutivo” porque, al igual que el ejecutivo de una empresa, las diversas partes del lóbulo frontal son responsables de tomar información de las partes más básicas del cerebro, integrando esa información, dando sentido a ella, y luego decidir qué hacer en respuesta a esa información. Esto es una simplificación excesiva, pero creo que captura la esencia de lo que hace. Si sufrieras una lesión en el lóbulo frontal, podrías experimentar problemas en varias áreas, algunas de las cuales son:
- Tomando información y sintetizando un plan basado en esa información
- Inhibir las reacciones emocionales básicas, por ejemplo, te enojas por algo y luego no puedes controlar esta reacción como normalmente lo harías.
- Iniciación / Motivación – por ejemplo, no ser capaz de convencerse a sí mismo para comenzar una nueva tarea
- Problemas de atención / problemas para enfocar
Este tipo de problemas se pueden unir de una manera que resulta en lo que otros perciben como un cambio en la personalidad. Un ejemplo clásico de una lesión del lóbulo frontal se observó en el caso de Phineas Gage, donde su personalidad y temperamento cambiaron drásticamente debido a un accidente grave (este es un caso extremo).