En primer lugar, no debería vivir con calambres menstruales, aunque es común el hecho de que muchas personas no se dan cuenta de que los dolores menstruales no son solo “parte de ser mujer” y en la mayoría de los casos se pueden prevenir a través de cambios en el estilo de vida o problemas de salud.
En nuestra adolescencia, tendemos a sufrir más problemas de salud menstrual: calambres menstruales, flujo más pesado, períodos más largos, acné, ciclos irregulares, etc. (¡No es divertido para la pubertad!) Debido a desequilibrios hormonales. A medida que envejecemos, nuestros cuerpos dejan de pasar por los cambios rápidos de la pubertad y nuestras hormonas se establecen en un patrón más estable. Los calambres menstruales en particular son principalmente el resultado de la producción excesiva de prostaglandinas, estas causan contracciones uterinas, por lo que en cantidades más altas causará calambres más fuertes y también causan una reacción inflamatoria que limita el flujo sanguíneo a los músculos uterinos.
