No hay una respuesta simple. Un anticonvulsivo diferente puede tener un efecto menor.
Si se prescribe para el dolor, no para los trastornos convulsivos, la dosis puede reducirse si se coprescribe con un “antidepresivo” que tiene actividad contra el dolor; la dosis de este último a menudo es inferior a la utilizada para indicaciones psiquiátricas, y sería más correctamente llamado por un nombre de clase química ya que no se está dando para la depresión.