¿Cómo funciona el odio bioquímicamente?

No lo sé, y no creo que se sepa. Parte del problema es que la palabra (y la condición) “odio” es poco conocida. El odio como acto intelectual, “¡odio a la pobre gramática!”, Es un acto cognitivo, y la cognición como un estado estructural (no bioquímico) está a años luz de la comprensión. El odio como estado emocional parece estar relacionado con el miedo y la excitación. Ambas parecen ser salidas (neuronalmente) de la amígdala, una pequeña estructura del tamaño de una nuez en la base de nuestro cerebro que señala el peligro. Esas señales se extienden a muchas partes de nuestro cerebro, preparándolo para cosas malas. Al igual que con gran parte de nuestro cerebro, no se trata tanto de “qué” sino de “dónde”.