Si responde “sí” a cualquiera de las siguientes preguntas, es una señal de que su sistema inmunitario necesita ayuda:
- ¿Capturas los resfríos fácilmente?
- ¿Tienes más de dos resfriados al año?
- ¿Estás sufriendo una infección crónica?
- ¿Tiene herpes labial frecuente o tiene herpes genital?
- ¿Sus glándulas linfáticas están adoloridas e hinchadas a veces?
- ¿Tiene o ha tenido cáncer alguna vez?
- ¿Tomas resfríos y virus a menudo?
- ¿Estás enfermo mucho? ¿Tienes alergias?
- ¿Estás descuidado y cansado la mayor parte del tiempo?
- Es posible que tengas un sistema inmune débil.
Las respuestas inmunes pueden ser deprimidas por diversas influencias externas que incluyen estrés emocional, factores de estrés físicos como sueño inadecuado o sobreentrenamiento deportivo, exposición química ambiental y laboral, radiación UV y otros tipos de radiación, infecciones bacterianas o virales comunes, ciertas terapias con medicamentos, transfusiones de sangre y cirugía.
Los hábitos alimenticios también tienen un impacto en la respuesta inmune. El consumo excesivo de grasas, alcohol o azúcar refinado o una ingesta inadecuada de proteínas, calorías, vitaminas, minerales o agua fomenta la disminución del rendimiento inmune también. Además, el estado biológico del envejecimiento contrarresta la función inmune.