Intenté suicidarme en el hospital psiquiátrico. Obviamente fallé, y cuando me descubrieron, me pusieron en un 1: 1 y me castigaron con un día de aislamiento. El aislamiento es lo que suena; no hablar con nadie y ser excluido de las actividades. Lo llamaron un “período de reflexión”. En cuanto al 1: 1, básicamente, una enfermera tenía que estar a cinco pies de mí en todo momento. TODO EL TIEMPO. La enfermera tuvo que verme ducharme, usar el baño y dormir. Esto duró al menos una semana, hasta que me autorizaron a permanecer en el hospital sin supervisión constante. También tenía que realizar chequeos corporales diarios, donde me desnudaría y las enfermeras me examinarían en busca de signos de autolesión. Después de esto, no intenté lastimarme otra vez en el hospital, porque tener a alguien vigilándote mientras orinas es un elemento de disuasión eficaz.
Además, debo agregar que es bastante difícil hacerse daño en el hospital. Está diseñado para evitar autolesiones, y cada vez que alguien encuentra una forma de autolesionarse con algo, esa cosa desaparece. Los niños deprimidos pueden ser bastante creativos.
