Las hormonas se administran a personas transgénero con el objetivo de crear un nivel de hormona en la sangre similar al del género objetivo.
Para las personas preoperatorias M2F, esto generalmente implica estrógeno y un supresor de testosterona. Después de aproximadamente un año de tratamiento, la masa muscular y la fuerza se reducirán a los niveles femeninos característicos. La investigación tiende a mostrar que después de que esto ha ocurrido, los atletas M2F no tendrán ventaja inducida por la hormona sobre las mujeres cisgénero. Las mujeres trans operadas con frecuencia tienen menos testosterona natural que la media. Los análisis de sangre no deben ser anómalos, por lo que las pruebas de género son una cuestión diferente.
Los transmen suelen administrarse testosterona por inyección en un área grasa del cuerpo. El objetivo es un nivel hormonal masculino normal, pero el modo de administración dará como resultado un nivel cíclico. Los niveles sanguíneos se dispararán inmediatamente después de la inyección y luego disminuirán lentamente. En niveles pico, puede haber un problema para cumplir con el estándar. Según mi leal saber y entender, las autoridades deportivas aún deben abordar este problema potencial de manera significativa.
