Como analista, mi impulso es decir “¡Más datos! ¡Yay! “, Pero puedo ver a un médico decir” Weeeelllll …. bombea las pausas, Dave … depende de los datos ”
En general, creo que los médicos estarían de acuerdo en que querrían más información sobre lo que está sucediendo no menos. Entonces, en ese sentido, los médicos podrían querer “atención médica basada en datos” para que tengan más resolución sobre lo que podría estar pasando con el paciente.
Sin embargo, como analista, puedo ver que los datos no siempre son “correctos”. Las mediciones y observaciones pueden variar ampliamente de una situación a otra, de persona a persona (tanto paciente como profesional), y de clínica a clínica.
Tomar la presión arterial, por ejemplo … Parece simple, pero incluso sé que hay muchos matices para asegurarse de obtener una lectura buena y consistente.
- ¿Está el brazalete en el lugar correcto? Si es demasiado bajo o alto en el brazo dará una lectura incorrecta.
- ¿El brazo del paciente está estable y en reposo? Si el brazo se mueve o el borde de la mesa está pellizcando una vena, dará una lectura incorrecta.
- ¿Hubo tiempo suficiente entre llegar a la clínica y descansar? Si vas corriendo a la clínica para tu cita, y te toman la presión arterial justo cuando llegas allí, será alta, porque solo estabas corriendo.
- ¿El paciente tiene ansiedad natural con el proceso en sí? Si obtiene un estallido de adrenalina porque vio la máquina o una aguja, podría causar que tenga una lectura elevada.
- ¿Se han hecho todas las observaciones a lo largo del tiempo de la misma manera? Si una enfermera toma la presión arterial de forma diferente que otra enfermera, podría haber una variación natural de la técnica diferente.
Cualquiera y todas estas cosas pueden cambiar dramáticamente la lectura, y esta es una de las medidas fundamentales (es decir, “vitales”) más esenciales que el médico debe tomar para realizar un diagnóstico inicial.
Un médico necesita “percibir” la calidad de los datos que está viendo basándose en su observación de todo el contexto del proceso de recopilación, no solo los datos en sí.
Entonces, los datos son geniales, y creo que los médicos querrían más. Pero no todos los datos se pueden tomar al pie de la letra, y es aquí donde el aprendizaje y la experiencia del médico entran en juego.