¿Qué tan lejos estamos de los medicamentos libres de efectos secundarios?

Probablemente nunca en la mayoría de los casos.

La absurda complejidad del metabolismo humano proviene de unos meros 30,000 genes. Los mismos productos químicos aparecen una y otra vez en partes muy diferentes del metabolismo. Para elegir algunos ejemplos al azar, la serotonina (mejor conocida por su papel en la regulación del estado de ánimo) también aparece en el tracto digestivo, plaquetas, osteoblastos que crean hueso y células endoteliales aórticas. La colina es un neurotransmisor, un precursor de la S-adenosil metionina en el hígado y un regulador de las membranas celulares.

Y así. Prácticamente todos los químicos en el cuerpo tienen múltiples usos. Es difícil modificar cualquier cosa sin tener efectos de arrastre en cualquier parte del sistema. Los efectos secundarios pueden ser menores y manejables, pero van a existir en casi todos los casos.