Primero permítanme compartir la terapia pediátrica o terapia para niños (Manejo de la taquicardia supraventricular – TSV en niños). Cuando se usa la terapia farmacológica profiláctica, sugerimos betabloqueantes en lugar de otros agentes. Usamos propranolol (de 2 a 4 mg / kg por día dividido en cuatro dosis) en bebés; en niños mayores, usamos un bloqueador beta de acción más prolongada (atenolol, de 1 a 2 mg / kg por día por vía oral). La digoxina es una alternativa razonable a los betabloqueantes para la profilaxis en pacientes no preeucitados; sin embargo, la digoxina no debe usarse en pacientes con síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW). Según los datos de ensayos clínicos observados y limitados, los bloqueadores beta y la digoxina tienen tasas similares de recurrencia de la TSV; sin embargo, el riesgo de efectos secundarios graves es menor con los bloqueadores beta.
La mayoría de los principales efectos adversos de los bloqueadores beta se deben al bloqueo del beta-adrenoreceptor. Muchos signos y síntomas pueden ser inducidos porque los receptores beta afectan múltiples funciones metabólicas y fisiológicas. Pueden ocurrir otras reacciones aparentemente no relacionadas con el bloqueo beta, pero son poco frecuentes.
Los betabloqueantes están relativamente contraindicados en pacientes con bradicardia sintomática que pueden estar asociados con un síndrome del seno enfermo, especialmente si hay una reducción adicional en la frecuencia. Los bloqueadores beta también deprimen la conducción a través del nódulo auriculoventricular, lo que puede conducir a una bradiarritmia grave en pacientes con un defecto de conducción AV completo o parcial subyacente (es decir, bloqueo AV de segundo o tercer grado). Esto es especialmente cierto si el paciente también está recibiendo otro agente que deteriora la conducción del nodo AV como la digoxina o un bloqueador de los canales de calcio.
Por lo tanto, uno debe ver a un médico antes de tomar cualquier alternativa y discutir lo anterior con su médico lo antes posible.
