Nunca escuché una encuesta de este tipo, pero considerando los más de 200 millones de cristianos en los EE. UU. Y un pequeño número de ataques a clínicas de aborto, la respuesta es bastante obvia.
Por mi parte, me he opuesto al aborto desde antes de que fuera legalizado, pero nunca apoyaría el bombardeo de una clínica ni los ataques al médico o al personal en uno. Creo que esas acciones son contraproducentes para la causa y hay alternativas no violentas disponibles.