Siempre me molesta la distinción entre homeopatía y alopatía. Hay dos formas de ver los algoritmos de tratamiento. Uno, método científico, con evaluación para la cual las técnicas son más efectivas o más tóxicas, o dos, curación sin base científica, donde no hay un proceso para la evaluación de la respuesta al tratamiento.
Desafortunadamente, los medicamentos homeopáticos son químicamente indistinguibles del agua, y aunque no son tóxicos, no hay pruebas en los últimos 100 años de beneficios en un gran estudio diseñado apropiadamente. Muchos trastornos mejorarán si se los ignora, por ejemplo, las infecciones de oído, que mejorarán sin tratamiento en más del 60% de los casos. Si se trata, esto puede dar la ilusión de que el tratamiento que utilizó fue la causa de su recuperación.
Al final del día, o bien está interesado en las vías racionales de tratamiento, que pueden incluir tanto productos farmacéuticos, compuestos a base de hierbas o terapia de masaje, por ejemplo; o vías irracionales de terapia sin datos para respaldar su relevancia como parte de un programa de terapia.
Por alguna razón, las personas están felices de basar su salud en esfuerzos basados en la fe, pero nunca dirían construir un proyecto de ingeniería porque escucharon que alguien lo hizo rociando agua de cierta manera o porque un amigo suyo la construyó de cierta manera y parecía funcionar. ¿Por qué deberíamos temer la entrada de un pensamiento científico riguroso en nuestra forma de pensar diaria?
En resumen, está bien querer evitar los productos farmacéuticos o la cirugía debido a las preocupaciones apropiadas sobre los riesgos concomitantes, pero no a expensas de buscar terapias que no tengan ningún beneficio comprobado a pesar de años de estudio. A veces, puede ser mejor simplemente no hacer nada.
No hacer nada es también un buen remedio.
-Hipócrates