Es simplemente un intento de embellecer y perfeccionar la cara. Lo cual se ha vuelto vital para hombres y mujeres iraníes.
Explicaré cómo sucedió esto. Es una de las grandes ironías y tragedias de la República Islámica. El propósito del código de vestimenta islámico impuesto a Irán después de la revolución es desexualizar a las mujeres. Un argumento moral que no permitirá que las mujeres sean objetivadas como sexualidad, ni se vuelvan vanas y demasiado dependientes de su apariencia física. Esto se aplicó con tanta firmeza a la juventud que hubo una contracultura. Lo que quedaba por revelar era el rostro de una mujer. Su rostro y su retrato se convirtieron en su única fuente de belleza y atracción. Es muy fácil averiguar el resto a partir de ahí. Se hizo tanto maquillaje y cirugía para lograr la “perfección”. Lo trágico es lo poco saludable que se ha vuelto la cultura. Qué superficial Qué inseguro. En lugar de formar una cultura que practique la belleza tanto en el mérito como en la apariencia, la belleza se ha corrompido a través del violento intento de la República Islámica de crear una sociedad moral e islámica rigurosa, no apta para el mundo moderno.
Los jóvenes en Irán miran las mismas películas, escuchan la misma música, leen y consumen los mismos medios que el resto del mundo, y sin embargo no tienen forma de expresarse. Al menos no según la República Islámica. Y entonces, todo lo que hacen es extremo y rebelde. Los bares y clubes no están disponibles para ellos. Se les prohíbe consumir alcohol y drogas, sin embargo, hacen las fiestas más salvajes y hacen ambas cosas. La adicción es un gran problema en el país de hoy. Porque no hay educación para estos. Todo está simplemente prohibido. El Islam es demasiado viejo para ser la única guía.
Lo mismo ocurre con el sexo prematrimonial, que se practica y siempre ha existido en las sociedades persas. Sin embargo, este es el siglo 21 y sin educación, las enfermedades de transmisión sexual se han extendido como un reguero de pólvora en el país.
La República Islámica fue un experimento y falló. La salud mental en Irán está en su punto más bajo. La depresión gobierna la cultura, a pesar de que la cultura persa es una de las culturas más alegres y festivas del mundo y de la historia. Ha sido consumido y oprimido por la fe.
