Las técnicas quirúrgicas recientes en contextos cardiovasculares han comenzado a ser cooptadas por los neurocirujanos: es decir, empacar el corazón o la cabeza en hielo y reducir la temperatura central de un sujeto unos pocos grados mientras se intiban manualmente. Esto puede extender la cantidad de tiempo que el tejido hipoxémico puede pasar sin sufrir daños irreversibles.
La hipoxemia causada por el daño es irreversible … una célula muerta vuelve a la vida con la misma frecuencia que la gente muerta (es decir … infrecuente). El enfriamiento del tejido es una estrategia de mitigación y no una “cura”.