El efecto más temido del uso de benzodiazepinas a largo plazo es el desarrollo de la dependencia psicológica y física de la droga. Debido a esto, las benzodiazepinas están asociadas con una tendencia abusiva.
El desarrollo de la tolerancia también se observa comúnmente con las benzodiazepinas que requieren un aumento gradual en la dosificación del fármaco que puede conducir a discapacidades psicomotoras.
Además, la suspensión abrupta puede dar como resultado síntomas de abstinencia graves como confusión, ansiedad, agitación, inquietud, alteraciones del sueño y, rara vez, convulsiones. Por lo tanto, deben suspenderse gradualmente bajo la supervisión de un médico.
Pueden ocurrir efectos sobre el deterioro cognitivo debido a su uso a largo plazo.
Dado que estos medicamentos se metabolizan en el hígado, existen posibilidades de daño hepático, especialmente en pacientes de edad avanzada. Lo mejor es evitar estos medicamentos en pacientes con enfermedad hepática.