La razón más común para el retraso del crecimiento son las deficiencias nutricionales debido a la ingesta inadecuada, la absorción defectuosa o el deterioro de la utilización. Del mismo modo, las enfermedades que alteran los factores anabólicos y tróficos normales pueden retrasar o detener el crecimiento, por ejemplo, la inflamación crónica. Además, los medicamentos como los agentes quimioterapéuticos contra el cáncer y la radioterapia pueden retrasar o detener el crecimiento. A veces, el crecimiento óseo asimétrico requiere una intervención quirúrgica llamada epifisiodesis, que ralentiza el crecimiento.
Entonces, sí, puedes ralentizar o detener el crecimiento, pero ninguno de los mecanismos es muy agradable.