Las terapias de células madre tienen toneladas de posibles aplicaciones de tratamiento; he escrito algunas sobre mí mismo, la más prometedora en mi opinión es la sustitución de retinas dañadas y la construcción de órganos de reemplazo.
Cuando se trata de la depresión, no creo que el simple hecho de usar células madre para elevar los niveles de neurotransmisores, como la serotonina, sea el camino a seguir. La depresión es una enfermedad tan compleja que no es probable que seamos capaces de curarla con una solución simple como las células madre.
Los estudios han encontrado que la microbiota genética, ambiental e incluso puede afectar la depresión, lo que significa que una cura para este tipo de enfermedad probablemente requerirá más esfuerzo que simplemente reemplazar algunas células.