Un escáner de ultrasonido consta de una serie de componentes que incluyen una sonda de transductor, una unidad de procesamiento central (CPU), un monitor, un teclado con mandos de control, dispositivos de almacenamiento de disco, una impresora, etc.
El componente más esencial es la sonda transductora. Esta sonda produce las ondas de sonido utilizadas en el ultrasonido y recupera sus ecos. Lo hace aprovechando un fenómeno científico llamado efecto piezoeléctrico, también conocido como efecto de electricidad de presión. Descubierto por primera vez en 1880 por Pierre y Jacques Curie
este efecto hace que los cristales de cuarzo contenidos en la sonda de ultrasonido vibren rápidamente y emitan ondas de sonido, que son ondas de presión mecánicas, cuando se les aplica una corriente eléctrica. Este mismo efecto también hace que los cristales emitan corrientes eléctricas cuando las ondas de sonido reflejadas en una prueba de ultrasonido hacen eco a ellos. Así es como los cristales de cuarzo en una sonda de ultrasonido pueden enviar y recibir ondas de ultrasonido. Las sondas utilizan material que absorbe el sonido para que no re-reflejen los ecos de sonido, y emplean lentes acústicos para enfocar y dirigir las ondas de sonido.