Alguien que no fuma o que recién comienza puede verse afectado dramáticamente por fumar. Es posible exagerar porque hay un pequeño retraso entre la inhalación y la aparición de los efectos.
Por otro lado, los fumadores habituales que consumen un paquete al día rara vez sienten un zumbido, incluso cuando fuman unos cigarrillos uno tras otro. A veces reciben un breve zumbido del primer cigarrillo en la mañana, ya que se pierde algo de tolerancia durante la noche.
El llamado índice terapéutico, margen de seguridad o la diferencia entre una dosis prevista y una sobredosis, es muy pequeña para la nicotina. Está a la par con algunas de las drogas popularmente conocidas como propensas a la sobredosis, como la heroína, al menos en ausencia de tolerancia. Los fumadores habituales desarrollan una gran tolerancia en comparación con los no fumadores.
Sin embargo, los síntomas de pánico no están del todo descartados. Fumar produce efectos, como una frecuencia cardíaca y mareos elevados, que pueden provocar una reacción de pánico y hacer que todo parezca peor.