Un artículo publicado en “Pediatrics” en 2009 informó que el consumo habitual de alimentos probióticos, que contienen bacterias vivas beneficiosas, podría reducir las fiebres. Los niños que comen probióticos también son menos propensos a enfermarse. Intente comer yogur que contenga cultivos de bacterias vivas cuando tenga fiebre. Para asegurarse de comprar una marca con una alta concentración de bacterias, busque una que tenga el sello de aprobación “Live & Active Culture” de la Asociación Nacional de Yogurt en la etiqueta. Elija yogur bajo en grasa o sin grasa sobre las variedades de leche entera para evitar la grasa saturada.
Las bacterias en el yogur pueden reforzar la función del sistema inmune y ayudar a prevenir infecciones secundarias por un resfriado. Un estudio realizado en 2009 por la empresa con sede en Dinamarca, Danisco, descubrió que los niños a los que se les administraron probióticos dos veces al día durante seis meses experimentaron menos resfríos y otros síntomas parecidos a la gripe. Los niños perdieron menos días en la guardería y la escuela. Un estudio de 2011 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale confirmó estos hallazgos al detallar el proceso en el cual las bacterias amigables pueden estimular la respuesta del sistema inmune en el sistema respiratorio.
