¿Cómo es ser un profesor de bioquímica?

Trabajar como profesor de Bioquímica puede ser divertido. La enseñanza es una profesión noble, y enseñar bioquímica tiene su propio encanto y exigencia. Puede ser difícil enseñar e involucrar a los estudiantes al principio, pero cuando logras controlar el tema, se vuelve divertido. Encuentras la bioquímica en la vida cotidiana, las plantas con hojas verdes son bioquímicas, las hojas se vuelven amarillas, los alimentos que comemos y digerimos son bioquímica, nuestro estado de ánimo es la bioquímica, el amor es la bioquímica, la bioquímica está presente en todas partes. Sin embargo, como profesor de bioquímica, me enfrenté a la queja de los estudiantes de que es un tema muy árido. Al principio lo es, al principio un recién graduado de escuela secundaria encuentra muy difícil recordar la clasificación de los lípidos. Encuentran que los nombres de los compuestos son muy difíciles, extraños y difíciles de pronunciar. Es una tarea difícil convencerlos de que este tema no es tan seco como parece. La importancia de este tema se puede notar en todos los campos. No puedes estudiar medicina sin tener un conocimiento básico del sistema metabólico y la bioquímica te proporciona este conocimiento. No se puede hacer investigación sin saber cómo los diferentes sistemas interactúan entre sí. De la misma manera que no se puede fabricar un nuevo medicamento o una cura para una enfermedad sin conocer el mecanismo básico de la enfermedad, toda esta información se estudia en el campo de la bioquímica. Ser un profesor de bioquímica fue un desafío y una diversión para mí. Trabajé duro para hacer diapositivas, presentaciones y diagramas para mis conferencias, de modo que pudiera proporcionar a mis alumnos mejores imágenes en lugar de textos aburridos. En los laboratorios, disfruté las preguntas y respuestas sobre los colores de los reactivos y las reacciones.
Como docente aprendí más sobre bioquímica que como estudiante. Me encantó responder las preguntas sobre mi propia investigación y me encantó escuchar las ideas del alumno. A veces tenía que repetir mis clases para que los estudiantes entendieran mejor, a veces tenía que trabajar con estudiantes fuera del aula para ayudarlos a prepararse mejor para el examen. La bioquímica es un desafío, una pasión y un campo que abre tu mente y corazón. Te sorprende, al conocer los intrincados detalles del sistema humano, comienzas a alabar a Lord por su perfección. Me encanta enseñar bioquímica y espero tener nuevas oportunidades en mi camino para aprender, enseñar e investigar.