Es muy común sentir efectos físicos de un corazón roto. Nuestros cuerpos reaccionan a través del sistema de lucha o huida, como si nos agredieran físicamente. La adrenalina sube por el cuerpo. La presión arterial aumenta y la respiración se acelera. Los músculos se contraen y el sistema digestivo se desacelera, causando calambres, estreñimiento, diarrea, náuseas o vómitos.
Estos síntomas deberían desaparecer en una semana o dos. Si aún se siente enfermo, debe consultar a su médico, especialmente si siente dolor en el pecho. El síndrome del corazón roto es muy real.
La ciencia detrás de la angustia
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