Sí y no, depende del mecanismo de la droga. Las drogas tienen una gran variedad de mecanismos de acción. Algunos imitan las moléculas “endógenas” (producidas por el cuerpo), como la morfina analgésica que es estructuralmente similar a un analgésico endógeno, la endorfina, que actúa a través de receptores específicos para reducir la transmisión del dolor. Otras drogas interfieren con enzimas, receptores y una plétora de otras máquinas celulares para ejercer su efecto.
Los efectos secundarios pueden surgir debido a que el medicamento tiene una especificidad pobre para su objetivo deseado. Por ejemplo, la aspirina funciona al inhibir la enzima COX-2 que produce moléculas que aumentan la sensación de dolor. Sin embargo, la aspirina tiene una amplia especificidad y también inhibe una enzima similar, la COX-1, que produce moléculas que protegen el estómago. Por lo tanto, el uso de aspirina tiene el efecto secundario de la ulceración del estómago. Como resultado, se han desarrollado nuevos analgésicos, similares a la aspirina, pero que tienen una mayor especificidad para la enzima COX-2.
Otros efectos secundarios pueden surgir de una leve sobredosis de drogas. El medicamento L-DOPA se usa para tratar la enfermedad de Parksinson, que tiene síntomas de rigidez e incapacidad para moverse. L-DOPA reduce estos síntomas, pero si se administra demasiado L-DOPA, entonces el paciente puede desarrollar movimientos incontrolables que se retuercen, exactamente lo contrario de los síntomas del Parkinson. Podría interpretar esto como una relación entre la eficacia y los efectos secundarios, pero es más un problema de la estrecha ‘ventana’ terapéutica de L-DOPA.
Los efectos secundarios generales de los medicamentos surgen por una variedad de razones, que incluyen una baja especificidad, un exceso de dosis o diferencias individuales en la forma en que el cuerpo responde y descompone el medicamento. Los farmacólogos buscan comprender cómo funcionan las drogas e intentar desarrollar drogas con menos efectos secundarios.