¿Cómo es ser un doctor en el día a día?

La experiencia varía ampliamente. Aquí está la respuesta para un anestesiólogo de: American Society of Anesthesiologists – Preguntas frecuentes

“Mi día típico consiste en llegar al hospital entre las 6:15 y las 6:30 a. M. Lo primero que hago es verificar dónde me asignaron para el día. Puedo estar en una sala de operaciones (O) dando un anestésico, o en nuestra área preoperatoria entrevistar a los pacientes y prepararlos para la cirugía, o en obstetricia ayudando a las mamás a tener a sus bebés seguros y cómodamente, o a cargo del quirófano ese día. Algunos de nuestros pacientes necesitarán procedimientos especiales para prepararlos para la cirugía, y también ayudo con eso. Si estoy de guardia, trabajo 24 horas y luego tengo el próximo día libre. De lo contrario, mi día terminará entre las 12 del mediodía y las 7 p.m.

Bueno, estoy en esta profesión desde 1993. He estado en turnos continuos de 72 horas en mi etapa anterior a trabajar 18-20 horas diarias durante años antes. Actualmente trabajo 8 horas al día (¡pero a veces sobrenatural 8 horas!).

Nunca va a haber tiempo en el que yo diga “Sé lo suficiente”. NUNCA, la información siempre es nueva cada vez que asisto a una conferencia o leo la nueva versión de la revista / libro de texto.

Tengo pacientes que han caído en mis pies para bendecirme, me consideran una familia e invitada para su reunión familiar. Tuve un paciente al que traté y desde entonces me he inspirado para que sea una doctora. Actualmente en camino a ser uno. Tengo pacientes que me han abusado por razones que no sé. Tomé decisiones profesionales, ahora creo que habría sido más fructífero si no hubiera tomado.

La mayoría de las noches, tengo un montón de chismes positivos para decirle a mi esposa médica. Los negativos están principalmente relacionados con los chicos de la administración del hospital.

Enfermedades desafiantes, con rasguño cerebral y su diagnóstico cuando lo hago, me hace sentir más feliz y me mantiene un poco recargado durante todo el día. Las palabras de agradecimiento de mis pacientes, colegas, personal y administración (ocasionalmente) me alegran.

No es muy diferente de muchos otros trabajos de alto perfil. Recuerdo la primera vez que alguien me llamó “doctor”. Le confiere un estado que de otra manera no tendría y muchas personas le hacen una celebridad (irritante por cierto). Se te reconoce con frecuencia y a las personas les gusta contarle a los demás cómo te conocen, especialmente en un pueblo pequeño. El inconveniente es que te molestan todo el tiempo y tienes grandes problemas para hacer algo sin interrupciones. Es un “amante celoso” de tu tiempo y energía. Tengo 64 años y espero perder el estatus de celebridad y volverme “señor” nuevamente.

Es emocionante a veces, a veces triste, aburrido a veces, feliz a veces y mucho más exigente de lo que uno se puede imaginar. Su mayor desafío es equilibrar la vida y seguir siendo un médico dedicado.

Ganas experiencia, respeto y dinero.