Los síntomas empeoran a medida que uno envejece. Con el avance de un poco de sabiduría y diabetes dependiente de la insulina ahora ya no me complazco, pero recuerdo bien los síntomas.
- Una sed furiosa. Una boca que se siente como una paloma enferma ha muerto en ella.
- Un dolor de cabeza explosivo. Incluso los ruidos bajos causan dolor.
- Náusea. Vomitando una posibilidad.
- Letargo tan grande que es imposible levantarse para tomar un trago de agua.
- Sudando y temblando al mismo tiempo.
- Sentido vago de “Me estoy haciendo viejo para esto”.