En los trastornos autoinmunes, esencialmente lo que sucede es que el cuerpo se vuelve “alérgico” a su propio tejido.
Normalmente, el cuerpo tiene un sistema para detectar células y sustancias “no propias”. Esta es la respuesta inmune. A veces, el sistema inmunitario se pone demasiado activo y comienza a confundir las células “propias” de las células “no propias”. El sistema inmune atacará estas células porque las ha designado como “no propias”.
Desafortunadamente, no contamos con terapias específicamente dirigidas que ayudarán al sistema inmunitario a reconocer estas células como “propias”. La mayoría de los medicamentos inmunosupresores simplemente impiden que todo el sistema inmune funcione de manera eficiente. Esto asegurará que el cuerpo no esté atacando las células sanas, pero también hará que la persona sea mucho más vulnerable a las infecciones. Para las personas que están severamente inmunodeprimidas, un simple resfriado puede ser potencialmente mortal.