El ébola ha existido desde mucho antes de que el hombre tuviera el conocimiento y las capacidades para manipular genéticamente organismos, como otros ya lo han señalado, por lo que no es una “arma biológica fabricada por Occidente”. Es un virus que evoluciona naturalmente y resulta ser bastante virulento para los humanos. Al igual que la viruela. O la peste O la gripe española. O SARS-CoV. ¿Eran todas armas biológicas? No lo creo.
En segundo lugar, las armas biológicas no están “hechas”, por el “oeste” o por el “este” o por quien sea. Toman microorganismos ya existentes con características deseables e intentan militarizarlos: los hacen más virulentos, más resistentes, más fáciles de diseminar, etc. Curiosamente, el ébola no sería un arma biológica muy buena: no se disemina por aire, tiene un largo tiempo de incubación, desactiva a los pacientes infectados cuando aparecen los síntomas (por lo que se propaga más lentamente). Es por eso que los soviéticos, supuestamente, se encargaron de convertirlo en una mejor arma: trataron de hacerlo en el aire (durante años), sin éxito. Por cierto, eso también debería responder a todos aquellos que temen que el Ébola “mutará en un virus en el aire” y exterminará a la humanidad.
Y no, no puede ser probado, porque no es verdad.