El estrógeno ayuda a retener el calcio en el cuerpo al prevenir la “resorción” ósea (disolución del hueso) y al estimular las enzimas que generan cholecalceferol (una sustancia que también actúa para aumentar los niveles de calcio en el cuerpo).
En mujeres en crecimiento, embarazadas, lactantes y postmenopáusicas, los niveles de estrógeno son bajos.
Por lo tanto, al cuerpo femenino le resulta difícil mantener su calcio unido.