TANTO, NO ES ESO SIMPLE.
Desafortunadamente, el problema de la obesidad infantil es multifactorial y altamente complejo. Incluso si un sistema de multas fuera logísticamente ejecutable (¡aquí viene otra agencia federal! … ¿El Departamento de Obesidad Patria?) Sería injusto, equivocado, y probablemente no abordaría los asuntos centrales.
Entre los factores que determinan la tendencia del niño a la obesidad están:
- Carrera
- Familia de genética
- Cultura y gastronomía tradicional vinculada al patrimonio
- Nación de residencia
- Estatus socioeconómico definido por el ingreso familiar
- Geografía y alrededores (rural, suburbano, urbano)
- Calidad de los alimentos disponibles localmente (postres de comida urbana?)
- La propia crianza de los padres
- Nivel de educación formal de los padres
- Calidad del sistema escolar local y su educación para la salud, educación física y programas de alimentos
- Legislación local e impuestos sobre diversos tipos de alimentos y bebidas
- Asequibilidad de alimentos saludables
- Comportamientos alimentarios de los padres
- Comportamientos alimentarios de los hermanos
- Fisiología del niño y tasa metabólica basal resultante
- Patrones de sueño propios del niño
- Exposición a los medios y publicidad
- Cultura de la aptitud frente al comportamiento sedentario
Como puede ver, el problema es complejo.
Si quisiéramos la mejor bolsa para nuestro dinero, probablemente una estrategia más efectiva sería:
- Proscriba el mercadeo directo de comida chatarra a los niños (como prohibir el mercadeo de tabaco en los Estados Unidos).
- Regule anuncios en televisión durante la programación infantil.
- Regular el valor nutricional de los alimentos altamente procesados dirigidos a los niños.
- Regular la zonificación de restaurantes de comida rápida alrededor de escuelas y áreas residenciales.
- Subsidiar el costo de los alimentos naturales enteros en comunidades en riesgo.
- Financiar programas que eduquen a las comunidades de bajos ingresos sobre cómo comprar y preparar alimentos saludables con un presupuesto.
- Financiar programas de educación sanitaria, deportes y alimentos escolares.
- Involucrar a los niños en la gestión del programa de alimentación de su propia escuela donde planifican, y preparar las comidas para toda la escuela (Dinamarca ha experimentado con éxito este enfoque)
- Cree un curso escolar práctico llamado “Habilidades para la vida” en el cual los niños y adolescentes aprenden, entre otras cosas, cómo alimentarse, preparar comidas saludables y simples, y aprenden los efectos a largo plazo de una nutrición deficiente.