En la criocirugía, un cirujano aplica nitrógeno líquido o gas argón al tejido canceroso para congelarlo y destruirlo.
El tejido se deja descongelar y se pueden repetir los pasos de congelación-descongelación.
Por lo general, la crioterapia se realiza con más presión y durante un período más prolongado para los cánceres de piel que para las lesiones benignas.
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Los dispositivos láser para el cáncer de piel destruyen y vaporizan el tejido bajo anestesia local.
El láser usa un rayo de luz intenso y enfocado para destruir el tejido canceroso de la piel.
La destrucción del láser, más la respuesta inmune del cuerpo a la lesión, resulta en una herida ampollada que tarda varias semanas en sanar.
