¿Cuál es tu experiencia después de estar infectado con el VIH?

He tenido esta pregunta en mi bandeja de entrada durante unos días. No porque sea una pregunta difícil, sino porque aunque siente que se le preguntó con tanta ligereza, ‘oh, ¿cómo fue’ la respuesta no es liviana? No solo porque lloré todos los días durante semanas después, y a veces todavía lo hago. La respuesta no es ligera porque cambió todo.

Ser diagnosticado con VIH fue el final de mi vida. Sé que esto suena como hipérbole, pero es verdad. Puedo ver una línea clara en el punto “antes” y “después” de mi diagnóstico. Experimenté un cambio de paradigma: un cambio fundamental en mi proceso de pensamiento, mis prioridades, mis expectativas de dónde iría mi vida.

Mi diagnóstico me hizo repensar todo. Tomar una mirada seria y larga a mis prioridades y descubrir qué cosas específicas eran importantes y qué deseaba gastar en el tiempo que me quedaba.

Antes – mi plan era ir a la escuela de leyes. Esperaba ser juez para cuando tenía 40 años.

Después, mi plan era vivir lo suficiente para ver a mis dos hijos graduarse de la escuela secundaria. Estaba seguro de que incluso viviría para ver 40.

Han pasado muchos años y he aprendido a crear algunos nuevos planes a largo plazo (aunque no tan lejos). Vi a mis dos hijos graduarse y una de mis nuevas metas es ver a mis nietos graduarse. Tan difícil como fue, lo que salió de mi diagnóstico fue, a largo plazo, positivo. Me di cuenta de que todas estas cosas superficiales en las que me había centrado no tenían sentido. Lo único que realmente importaba era lo que podía dejar atrás, y eso no incluía dinero, estatus, cosas. Las preguntas que ahora eran más importantes eran: ¿sabría mi familia cuánto las amaba? ¿Sería capaz de darles lo que necesitan para tener éxito después de que me haya ido? ¿Me recordarían con risa, con alegría, con historias de los momentos maravillosos y momentos dulces que compartimos?

Continúo intentando vivir mi vida de esa manera. Intento apreciar cada día, cada momento. No siempre lo consigo, tengo días en que me siento tan cansada mentalmente que no sé si podré superar a otro. Pero a pesar de eso, a pesar de los días que me siento deprimido, los días que estoy enfermo, los días que ni siquiera quiero salir de la cama; Sigo peleando porque hay tantos días más que me siento feliz de estar aquí. Días en que estoy feliz de poder abrazar a mis hijos, mis nietos. Días que paseo con mi perro en el parque y me maravillo de la belleza. Quiero tantos más de esos días como pueda.